NO ME LO CREO
Pues eso. Que no me creo para nada los resultados de las últimas elecciones (26 J 2016).
¿Pruebas...?
Ja, ja, justo ahora, buscando algo de información para documentarme sobre algunos datos concretos, me encuentro con algún titular curioso que me hace reflexionar "¿Por qué se ha difundido el bulo sobre un fraude electoral el pasado 26 J?"(El Mundo 01/07/16). Y es que para mi, la pregunta buena sería justo la contraria: ¿Por qué no se ha difundido la posibilidad de fraude en las pasadas elecciones?.
Me sorprende (y me imagino que a muchos también) la tibieza de las reacciones ante unos resultados tan extraños. ¿Es que los españoles han premiado al PP por la incesante racha de casos de corrupción y chanchullos varios (¡incluso en Valencia!)? ¿Realmente nos podemos creer estos resultados? ¿Está tan "acojonada" la gente, que prefiere agarrarse a un clavo ardiente (y maloliente) a buscar alternativas?
Al final, las teorías del fraude no han sobrepasado lo anecdótico, sin acercarse ni de lejos al glorioso éxito de los seguidores de los reptilianos! No han llegado a los grandes medios de difusión, que las hubieran catapultado inmediatamente al éxito.
¿Pruebas...?
Porque aún sin pruebas se puede decir que en todos estos asuntos siempre hay poderes "ocultos" que se juegan demasiado (dinero y control) como para dejar que las cosas sigan su "cauce natural" y permitir que los simples ciudadanos tomen las decisiones que pueden influir en sus grandes negocios.
Pero en este caso en concreto, los que han decidido torcer el curso de la historia parece que, a diferencia de otras ocasiones, han sido lo suficientemente inteligentes y discretos como para no levantar demasiadas sospechas ni dejar pruebas (que se sepa hasta el momento), y han usado la herramienta perfecta para ello: Indra, la empresa encargada del recuento de votos.
No me meteré en los detalles técnicos (ni a nivel humano) del cómo habría podido realizarse el fraude a través de esta empresa, porque aparte de no haberme documentado demasiado sobre este punto, realmente, para mi la mejor prueba del posible fraude son los resultados de las elecciones en sí.
Aún así y pese a todo, a estas alturas de la película, parece que el final no está muy claro, y tras varios meses de "negociaciones" (aquí iría un emoticono de descojono máximo), aún no sabemos si iremos a votar tocando la pandereta o si habrá que hacer una colecta para que el pobre exministro Soria no se deprima por haber perdido el cargo como director alterno del Banco Mundial.
La cuestión es que ahora que estos señores han conseguido inclinar un poquito la balanza para casa (y que nosotros nos hemos tragado la papilla sin rechistar), a nadie le extrañará que a la siguiente, se incline aún un poquito más. Así el señor Rajoy podrá definitivamente sacar pecho (igual que lo hace ahora cuando se le cuestiona el liderazgo) señalando los resultados de las elecciones en el monitor de plasma.
¿Pruebas...?
Ja, ja, justo ahora, buscando algo de información para documentarme sobre algunos datos concretos, me encuentro con algún titular curioso que me hace reflexionar "¿Por qué se ha difundido el bulo sobre un fraude electoral el pasado 26 J?"(El Mundo 01/07/16). Y es que para mi, la pregunta buena sería justo la contraria: ¿Por qué no se ha difundido la posibilidad de fraude en las pasadas elecciones?.
Me sorprende (y me imagino que a muchos también) la tibieza de las reacciones ante unos resultados tan extraños. ¿Es que los españoles han premiado al PP por la incesante racha de casos de corrupción y chanchullos varios (¡incluso en Valencia!)? ¿Realmente nos podemos creer estos resultados? ¿Está tan "acojonada" la gente, que prefiere agarrarse a un clavo ardiente (y maloliente) a buscar alternativas?
Al final, las teorías del fraude no han sobrepasado lo anecdótico, sin acercarse ni de lejos al glorioso éxito de los seguidores de los reptilianos! No han llegado a los grandes medios de difusión, que las hubieran catapultado inmediatamente al éxito.
¿Pruebas...?
Porque aún sin pruebas se puede decir que en todos estos asuntos siempre hay poderes "ocultos" que se juegan demasiado (dinero y control) como para dejar que las cosas sigan su "cauce natural" y permitir que los simples ciudadanos tomen las decisiones que pueden influir en sus grandes negocios.
Pero en este caso en concreto, los que han decidido torcer el curso de la historia parece que, a diferencia de otras ocasiones, han sido lo suficientemente inteligentes y discretos como para no levantar demasiadas sospechas ni dejar pruebas (que se sepa hasta el momento), y han usado la herramienta perfecta para ello: Indra, la empresa encargada del recuento de votos.
No me meteré en los detalles técnicos (ni a nivel humano) del cómo habría podido realizarse el fraude a través de esta empresa, porque aparte de no haberme documentado demasiado sobre este punto, realmente, para mi la mejor prueba del posible fraude son los resultados de las elecciones en sí.
Aún así y pese a todo, a estas alturas de la película, parece que el final no está muy claro, y tras varios meses de "negociaciones" (aquí iría un emoticono de descojono máximo), aún no sabemos si iremos a votar tocando la pandereta o si habrá que hacer una colecta para que el pobre exministro Soria no se deprima por haber perdido el cargo como director alterno del Banco Mundial.
La cuestión es que ahora que estos señores han conseguido inclinar un poquito la balanza para casa (y que nosotros nos hemos tragado la papilla sin rechistar), a nadie le extrañará que a la siguiente, se incline aún un poquito más. Así el señor Rajoy podrá definitivamente sacar pecho (igual que lo hace ahora cuando se le cuestiona el liderazgo) señalando los resultados de las elecciones en el monitor de plasma.
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